Durante el siglo XV se produjo un movimiento cultural en Europa Occidental conocido como el Renacimiento, el cual se caracterizó por el uso nuevamente de elementos de la cultura clásica, por la reactivación del conocimiento y el progreso y por que otorgó una nueva perspectiva acerca de distintos aspectos (del hombre, de la naturaleza y del arte), con lo cual dejaba atrás su visión medieval.

Existieron diferentes hechos históricos que dieron cabida  a este fenómeno, como la caída de de Constantinopla y la desaparición del Imperio Bizantino en 1453. Además ocurrió el fortalecimiento de los Estados europeos y el auge político de la burguesía urbana. También coincide con el inicio de la Edad Moderna y contemporánea de la Era de los Descubrimientos, la cual marca el comienzo de la expansión mundial de la cultura europea.
Asimismo hubo distintos avances técnicos y científicos (Ej.: La introducción de la imprenta; el descubrimiento de Copérnico de que la tierra gira alrededor del sol), los descubrimientos geográficos (los viajes y el encuentro de América) y la ampliación del mundo conocido.

Se puede distinguir que el Renacimiento cuenta con 2 periodos: el  Quattrocento y el Cinquecento. También conocido como el Renacimiento temprano, el Quattrocento corresponde al siglo XV y tienen como principal sede a Florencia. Durante esta época se destaca la búsqueda de los cánones de belleza de la antigüedad. No obstante, el apogeo del arte renacentista llega en el Cinquecento (siglo XVI), la cual se caracteriza por el cambio de pensamiento, es decir, el paso del teocentrismo medieval (Dios es el centro del Universo) al antropocentrismo humanista (el ser humano es el centro de todo), lo cual se ve representado en las distintas pinturas de esa época y marca el surgimiento de grandes figuras como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Rafael, entre otros.